La crisis del régimen político, el año electoral y las luchas de estudiantes y trabajadores

La crisis del régimen político, el año electoral y las luchas de estudiantes y trabajadores

Fabián Puelma, Derecho UCh

Tomás, Física USACH

¿Qué cambió luego del 2011?

El año pasado se dieron las más importantes movilizaciones en décadas. Nuestra lucha expresó un proceso más profundo que se venía gestando desde hace algunos años: El desgaste y la crisis de un régimen político heredado de la dictadura. No sólo la expresó, sino que la profundizó. Expresión de esto es la crisis en la cual se encuentra la concertación, el profundo y persistente rechazo a Piñera y a los partidos de la derecha. Lo vemos en la abstención en las elecciones municipales, lo vemos en el rechazo a las instituciones y a que hoy diversos elementos de la herencia pinochetista se empiezan a cuestionar, como la precariedad del transporte público, el abuso de las empresas, la crisis de la salud pública, etc. Este régimen político es anacrónico, la forma en que la derecha y la concertación gobernaron por todos estos años ya no está asegurando la misma estabilidad y  gobernabilidad de antes.

Y es por lo mismo que vemos que el descontento contra las miserias cotidianas del Chile neoliberal empieza a activarse. No sólo la lucha estudiantil del 2011 y el “segundo round” de este año, lo vemos también en la lucha de Magallanes, de Aysén, de Freirina, y en diversas luchas locales de trabajadores, pescadores, pobladores y también estudiantes. Esto es nuevo. Pero también la emergencia de un sector combativo de la juventud, que no está dispuesto a bajar los brazos, y que llena cada marcha, manifestación, concentración, funa, etc.

Estamos dando los primeros pasos. La crisis del régimen aún se mantiene contenida. A su vez, cuando hablamos de esta crisis, no nos referimos aún a una “crisis orgánica” en donde confluya la crisis política, la crisis económica y la lucha de clases. Sin embargo, Chile no es una isla, y en todo el mundo vemos cómo la crisis internacional empieza a impactar de manera profunda, lo que tarde o temprano golpeará la economía en este país, abriendo la posibilidad de mayores procesos de lucha de clases, de crisis económica y crisis política. De igual forma, la crisis de régimen plantea la posibilidad que, incluso luchas por demandas locales y mínimas, se transformen rápidamente en luchas con impacto nacional, que pongan en cuestionamiento la estabilidad del régimen político, permitiendo por esta vía, la conquista de demandas estructurales. Esta dinámica fue la que mostró la lucha estudiantil y la de Aysén, pero no lograron desplegarse con todas sus potencialidades producto del rol desmovilizador de las direcciones políticas.

¿A qué nos preparamos entonces?

Hay quienes dan cuenta de esta crisis de régimen, pero su conclusión pasa por buscar la forma de resolverla reformando la institucionalidad. Eso nos ofrece el PC y las JJCC con su propuesta de “gobierno de nuevo tipo”. Izquierda Autónoma pretende crear una nueva fuerza política que logre disputar la institucionalidad para “democratizarla”. Por otro lado hay diversos grupos que comulgan la estrategia del “poder popular”, y que en general niegan la profundidad de la crisis existente, planteando que la tarea ahora es “acumular fuerzas” y “reconstruir el tejido social”. Su propuesta los lleva a no traspasar los “límites de lo posible” en su trabajo cotidiano, los lleva a no ver que la profundidad de la crisis prepara nuevos fenómenos de lucha, que marcarán giros abruptos en la situación y los lleva a negar el rol de las dirigencias en la contención y desvío de las movilizaciones, pues el problema siempre es la falta de “madurez” política.

A diferencia de esto, en el nuevo escenario político nosotros apostamos por desplegar todas las potencialidades de las luchas que se están abriendo, unificándolas para que puedan ser un factor en la escena nacional. Yendo de lo local a lo nacional, planteándonos demandas transversales como es la educación gratuita, como son los derechos de las mujeres y la diversidad sexual, como es el fin al subcontrato y el trabajo precario, apuntando a derribar toda la herencia pinochetista. Yendo de lo defensivo a lo ofensivo, como es la lucha democrática contra la represión. Para esto es fundamental que la juventud sin miedo que surgió al calor de la lucha, nos re agrupemos en cada uno de nuestros espacios, para disputar la conducción de nuestros organismos, desplazando a la burocracia que cierra la puerta a la lucha. Esto lo hacemos organizándonos para apoyar las huelgas y hacer carne la unidad con los trabajadores, poniéndonos a la cabeza de las luchas locales, impulsando asambleas, actividades político-culturales, etc. Es por lo mismo que apostamos por levantar la Agrupación Combativa y Revolucionaria a partir de esta práctica, para que sea una herramienta de los sectores más combativos de la juventud.

¿Qué se viene para el próximo año?

Esta perspectiva debemos situarla en el escenario concreto. Si bien la situación de conjunto mantiene abiertas las contradicciones que describimos anteriormente, en la coyuntura vemos un retroceso de la lucha estudiantil luego de agosto de este año. ¿A qué nos enfrentamos el próximo año?

Por un lado las elecciones parlamentarias y presidenciales del próximo año pondrán al debate político en el centro. La concertación busca “salvar” la situación con la imagen de Bachelet, y se esforzará por hablarnos con un discurso más de izquierda. Resulta fundamental en este sentido, mantener la completa independencia política frente a los partidos patronales, respondiendo al debate denunciando cada uno de los aspectos de la herencia pinochetista, y enfrentando la tarea que se han propuesto grupos como las JJCC y la Izquierda Autónoma que tratarán de aprovechar esta coyuntura para sacar algunas “ganadas” con la interpelación a los candidatos y el lobby parlamentario.

Por otro lado, no debemos olvidar que la derecha quiere pasar en un año, lo que no pudo pasar en estos tres años. Quieren aprobar la Ley HinSSpeter, ya aprobaron la Ley de Pesca, quieren reformar el Código Penal para hacerlo más represivo, quieren reforzar la estructura administrativa de la educación de mercado (Superintendencia, reducir las becas Conycit, financiamiento vía competencia), quieren abrir una parte de CodelCo a la bolsa, entre otras cosas. Debemos enfrentar y detener estos ataques y confluir con las diversas huelgas que hemos visto durante estos meses.

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